La jornada ‘Cogestor por un día’, liderada por el Departamento para la Prosperidad Social, reunió a funcionarios de diferentes entidades distritales en torno a una de las comunidades con mayores necesidades en la localidad. 

El Director de Reasentamientos Juan Pablo Tovar lideró el acompañamiento social por parte de la entidad, al lado de funcionarios técnicos y sociales de Titulación y Posreasentamientos. 

La actividad contribuyó al fortalecimiento de los lazos con la comunidad de Porvenir Calle 55, proyecto entregado por la Caja de la Vivienda Popular en 2016.

El programa de cogestores sociales está enfocado a realizar un seguimiento a las familias para la superación de la pobreza en aspectos como habitabilidad, nutrición, salud, educación y empleabilidad. 

Para esto, se desarrolla la estrategia en dos tópicos: primero, una caracterización y acompañamiento individual al hogar para establecer las condiciones en que vive; y segundo, un plan comunitario para la construcción de tejido social, diagnóstico de problemáticas y planteamiento de acciones para atenderlas. 

Manos a la obra

Porvenir Calle 55 es un proyecto conformado por 120 familias reasentadas, con un gran componente de madres cabeza de hogar y primera infancia. En su mayoría, los habitantes se dedican al reciclaje y a otras labores informales como fuente de sustento. 

De manera simultánea, el grupo de funcionarios participantes visitó a nueve familias de la urbanización en compañía  de los cogestores sociales. 

Una de las protagonistas fue Leonor Vargas, reasentada e impulsadora de diferentes productos en San Victorino, quien nos abrió las puertas de su casa para conocer su historia y las problemáticas que vive día a día en el conjunto.

Doña Leonor asegura que el consumo de drogas, el exceso de ruido y la delincuencia son los conflictos que más se presentan en el edificio, sin embargo destaca los avances que se han generado desde el acompañamiento social que reciben.

“Ya no hay excrementos de perros por todas partes. La zona verde está más limpia, sin reciclaje”, afirma la mujer de 56 años de edad.