Por su seguridad y dignidad, la entidad inició un proceso de reasentamiento para don Hernán y su familia en la urbanización Arboleda Santa Teresita: un proyecto de apartamentos en la localidad de San Cristóbal, entre los cerros y el aire puro.
Don Hernán Pardo es tímido para hablar pero no para reír. Abre la puerta de su nuevo apartamento, ofrece tinto y se dispone a contar su historia desde las sillas del comedor. Primero vivió cinco años en El Danubio. Luego se mudó a Caracolí, en Ciudad Bolívar, donde su familia se fue independizando en núcleos más pequeños. Con su esposa y su hija se quedó en el mismo barrio, aunque en una casa ubicada en un lugar de alto riesgo.
En ese punto de la historia empezó su vínculo con la Caja de Vivienda Popular (CVP), cuando supo que sería reubicado. Por su seguridad y dignidad, la entidad inició un proceso de reasentamiento para don Hernán y su familia en la urbanización Arboleda Santa Teresita: un proyecto de apartamentos en la localidad de San Cristóbal, entre los cerros y el aire puro.
Su nueva vivienda, en la que está desde hace 5 meses, tiene tres habitaciones, baño, cocina, lavadero, sala comedor y balcón. El apartamento le resulta tan amplio, que lo comparte con gatos, perros y hasta un loro. Entre risas dice que hay espacio para diez nietos. Además de ser acogedor, el apartamento cuenta con todos los servicios públicos. Según relata don Hernán, antes solo tenían dos alcobas pequeñas sin insumos, por lo que ahora se siente cómodo y a gusto. “La urbanización es muy bonita, para qué. A la Caja de la Vivienda Popular, sí, muy agradecidos por lo que hicieron con nosotros, que nos entregaron la vivienda”.
Como otros beneficiarios de la entidad, don Hernán ya hizo del apartamento un hogar seguro, que es la más alta prioridad de la Caja de la Vivienda Popular.