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Reasentamiento y renacimiento: la nueva vida de Rubiel y Gladis

Por: cvpadmin
Bogotá, 20 Diciembre 2024

Rubiel Ruiz Bedoya, de 65 años, y Gladis Barbosa Bobadilla, de 55, son un testimonio de perseverancia, amor y esperanza. Tras 37 años de convivencia en unión libre y después de atravesar un largo y difícil proceso de reubicación, la pareja ha encontrado finalmente un hogar seguro, al cabo de años de incertidumbre y desarraigo.

Gracias al apoyo del Programa de Reasentamientos de la Caja de la Vivienda Popular (CVP), hoy disfrutan de una vida más tranquila en un hermoso conjunto habitacional, al que llegaron tras 13 años de espera.

 

Bogotá D. C., 20 de diciembre de 2024

Por: Adriana Arango - Oficina Asesora de Comunicaciones

 

La vida de Rubiel y Gladis cambió radicalmente cuando su hogar en el barrio Guacamayas de San Cristóbal se vio amenazado por el alto riesgo de deslizamientos de tierra. La zona, propensa a derrumbes, obligó a la pareja a emprender la búsqueda de una alternativa que les brindara la seguridad que tanto anhelaban. Así comenzó, en 2011, un largo proceso de reasentamiento que, después de más de una década de trámites y esperas, culminó finalmente en 2024 con la entrega de su nuevo hogar.

Aunque el camino fue largo, Rubiel y Gladis no dejan de valorar lo más importante: la paz y la seguridad que ahora disfrutan. "El proceso fue extenso, pero lo mejor de todo es que ahora tenemos un lugar donde vivir sin el miedo constante de perder nuestra casa por un derrumbe", comenta Rubiel, visiblemente agradecido. "Gracias a la Caja de la Vivienda Popular y a todo su equipo, hoy tenemos lo que siempre soñamos: un hogar digno".

Rubiel y Gladis fueron parte de las tantas familias que, a lo largo de los años, han sido reubicadas mediante el Programa de Reasentamientos de la CVP, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes de zonas de alto riesgo no mitigable. A pesar de la larga espera, el esfuerzo valió la pena. Junto a sus cuatro hijos —todos adultos ahora—, han comenzado un nuevo capítulo en sus vidas.

A sus 65 años, Rubiel no se detiene. Junto a Gladis, su compañera de toda la vida, ha comenzado un nuevo proyecto: la elaboración de productos artesanales con semillas de cedro, como pulseras y rosarios, que venden tanto en su comunidad como entre sus amigos. "Este nuevo hogar nos da tranquilidad. Ahora podemos trabajar juntos en nuestros proyectos. Me encanta hacer estas artesanías, y lo hago con mucho cariño. Es algo que me permite estar cerca de mi esposa y disfrutar de mis últimos años con paz", asegura Rubiel, quien, además de ser maestro de construcción, ha encontrado en las manualidades una fuente de satisfacción personal.

La pareja también destaca el constante apoyo de sus hijos, quienes aunque ya adultos, siguen estando cerca, ayudándolos y brindándoles su respaldo. "Nos sentimos muy agradecidos con la vida y sobre todo con nuestros hijos, que siempre están cerca, ayudándonos y mostrándonos su cariño", agrega Gladis, con voz llena de emoción.

A tan solo dos meses de mudarse, Rubiel y Gladis se alistan para celebrar su primera Navidad en su nuevo hogar. Este año será especial porque también representa el comienzo de un futuro renovado y lleno de esperanza. "Estamos muy emocionados de pasar estas fiestas en un lugar donde nos sentimos seguros y tranquilos", afirma Gladis, con una sonrisa llena de emoción.

La CVP ha sido un pilar fundamental en todo este proceso. Rubiel y Gladis no dejan de agradecer el acompañamiento recibido: "Nos dieron todo el apoyo necesario, desde la gestión hasta la entrega de nuestra casa. Ahora, podemos decir que hemos alcanzado una calidad de vida indescriptible, algo que antes ni siquiera podíamos imaginar", concluye Rubiel.

La historia de Rubiel y Gladis es un claro ejemplo de cómo la paciencia, el apoyo de las instituciones y el amor familiar pueden transformar vidas. Hoy, esta pareja mira al futuro con optimismo, celebrando cada día en su nuevo hogar donde, a pesar de las dificultades del pasado, se sienten más fuertes y felices que nunca.

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